Amor
Luego soñélo triste, como un gran sol poniente que dobla ante la noche la cabeza de fuego; después rió, y en su boca tan tierna como un ruego, soñaba sus cristales el alma de la fuente.
Y hoy sueño que es vibrante y suave y riente y triste, que todas las tinieblas y todo el iris viste, que, frágil como un ídolo y eterno como Dios,
Amor
Mi forma inerte grande como un mundo
no tiene noche alrededor ni día
pero tiniebla y claridad por dentro
hacen que yo, que tú, vivamos.
Mares y cielos de mi sangre tuya
navegamos los dos. No me despiertes.
No te despiertes, no, sueña la vida.
Yo también pienso en mí cuando te sueño
y robo al tiempo todas mis edades
para poblar mis íntimas moradas
y acompañarte siempre, siempre, siempre.
AMOR
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febrero 23, 2013
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